Bueno, pues aquí os dejo uno de mis lotes de carros soviéticos, en este caso se trata de una brigada de principios de la guerra pintados en camuflaje invernal. Las figuras son de Battlefront, aunque algunas han sufrido modificaciones.
La siguiente figura se trata de una modificación de carros battlefront para crear un carro BT, en este caso se trata del carro BT 2, con torreta circular y cañón de 37 mm. Este carro rápido fue el predecesor del BT 7, un magnífico carro de caballería para principios de la guerra y, a su vez, predecesor del T-34.
COMPAÑÍA DE CARROS BT 2, BATALLÓN MIXTO DE CARROS
Aquí vemos los monstruosos T-28. Se trataba de un carro lento, pensado para acompañar a la infantería, diseñados bajo el precepto de «barcos de tierra». Estaban ampliamente tripulados y disponían de un muen número de ametralladoras para dar cuenta de la infantería enemiga. Además, tenía un cañón de 76 mm bastante bueno para la época. De todos modos, su lentitud, su tamaño y su insuficiente blindaje hacían que fuera un carro obsoleto para el principio de la guerra. Podemos encontrar estos carros en los primeros meses de la invasión nazi así como en las batallas contra finlandia en la guerra de invierno.
Por último, este batallón contaba con carros T-34 de su modelo inicial, un carro muy superior a los carros medios de la época
Esta combinación de carros fue sustituida alrededor del año 42 por otra más flexible que empleaba nuevos modelos de T-34 y de carros ligeros T-60 y T-70 que reemplazaron a los carros BT, a los T-28 y a los T-26, todos ellos bastante obsoletos ya.
CARRO DE MANDO DEL BATALLÓN DE CARROS
Estos batallones, además de las compañías de T-34, estos batallones incluían una compañía de carros ligeros T-60 o T-70.
Por último, antes de la salida del magistral T-34/85, los rusos crearon un fantástico cazacarros para eliminar la oposición alemana dado que los cañones de 76mm de los T-34 no podían superar fácilmente el blindaje de algunos carros alemanes. Este cazacarros, denominado SU-85, portaba un cañón de 85mm capaz de dejar fuera de combate a los carros alemanes desde una distancia respetable. Además, su perfil bajo y su blindaje más que repetable, hacía de cazacarros una fabulosa arma de apoyo.